Capilla de Campo Bruder Klaus en Mechernich, Alemania / Peter Zumthor

La Capilla de Campo Bruder Klaus comenzó como un bosquejo, que finalmente evolucionó para convertirse en un hito básico, pero muy distinguido, en el paisaje natural de Alemania. El diseño fue construido por los agricultores locales que querían honrar a su patrono del siglo xv, Bruder Klaus.


Podría decirse que los aspectos más interesantes de la iglesia se encuentran en los métodos de construcción, a partir de una tienda india hecha de 112 troncos de los árboles. Al término de la trama, se vertieron capas de hormigón y luego se apisonaron encima de la superficie existente, cada una de alrededor de 50 cm de espesor. Cuando el hormigón de las 24 capas estuvo listo, la estructura de madera se incendió, dejando tras de sí una cavidad hueca ennegrecida y paredes carbonizadas. La única superficie de techo del interior, se equilibra por un piso de plomo fundido congelado. La mirada se direcciona de forma evidente, hasta el punto donde el techo está abierto al cielo y las estrellas de la noche. Esto controla el clima de la capilla, mientras la lluvia y la luz solar penetran por la apertura y crean un ambiente o una experiencia muy específica según la hora del día y la época del año.


En un día soleado, este óculo se asemeja a la estela de una estrella, que se puede atribuir a una referencia de la visión del Hermano Klaus en el útero. Los sentimientos muy sombríos y reflexivos, inevitables en el encuentro con la capilla, la convierten en una de las piezas más notables de la arquitectura religiosa hasta la fecha. Sin cañerías, baños, agua corriente, ni electricidad, y con su hormigón carbonizado y pisos de plomo; la capilla aparentemente poco atractiva, sigue siendo un destino planificado por muchos.


"Para mí, los edificios pueden tener un hermoso silencio que asocio con atributos como la compostura, autoreferencia, la durabilidad, la presencia y la integridad, y con calidez y sensualidad también; un edificio que está siendo él mismo, un edificio que no representan nada, solo ser". Reconocido en todo el mundo por sus impresionantes diseños de arquitectura, Peter Zumthor fue galardonado con el Premio Pritzker en 2009.